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Vivir para ver – Leonel Ramos Moran

columnistas plumaBIENVENIDO 2016
Vaya que ha estado agitado el mundo en el inicio de 2016.

Entre que el dólar que va por las nubes y las probables consecuencias que no tardarán en hacerse sentir en los costos de la vida diaria.
El gobierno Federal a quien se le hace bolas el engrudo y no tiene ni la menor idea acerca de cómo salvar el sinfín de problemas existentes, capturan al “Chapo” pero se les escapa la estabilidad por todos los hoyos que han tenido a bien abrir.
Los precios de los eventos artísticos del “Mejor Carnaval Taurino del Mundo mundial” que parecen una mala broma como cada año.

El arreglo interminable de las calles Clemente Amaya, Constitución, González Ortega y Matamoros.
El “nche” frío que nos incita a tener mañanas, tardes y noches tequileras y conyugales (Oops, lo siento por los solteros) y otra serie de cuentos dignos de Poe que harían esta lista más larga y dolorosa que un dolor de muelas o una quincena de tres semanas.

En un afán absurdo y condenado al fracaso de antemano, me permito sugerir algunas soluciones. Las más, sin duda son dignas de Perogrullo, pero igual n o me quiero quedar con las ganas de soltarlas de mi ronco pecho, o mejor dicho, de mi modernísima “compu”, así que ahí voy:

Lo del dólar no tiene mucho que moverle, no está en nuestras manos el control de la divisa, mientras haya demanda la moneda gringa seguirá al alza y que Tláloc nos ampare. Eso nos pasa por no facilitar las inversiones en proyectos productivos y andar ofreciendo tasas pasivas atractivas. El punto es que cuando los capitales extranjeros invertidos en México se van, pues a temblar todo el mundo. (Entre otras causas claro).

Sobre los desatinos del Gobierno no queda sino analizar personas, programas y realidades de las propuestas y votar en consecuencia. Tener caras bonitas y abstenerse de votar ha resultado un muy mal negocio ¿No?
Sobre los precios de los eventos del carnaval pues hombre, simple, si no nos parecen pues no vayamos y listo. ¿O nos mandan a fuerzas?
Con el arreglo de las calles pues ahí si no sé qué decir, pero por lo pronto, tomen sus precauciones quienes viven por dichas rúas y también quienes pasamos por ellas dado que las enfermedades por la tierra suelta, los drenajes destapados y demás pueden sorprendernos de manera no muy grata.

Y sobre el “nche” frío pues hombre, en vez de quejarnos disfrutemos de ese magnífico regalo de la naturaleza promoviendo la cercanía, el amor y hagamos de esas mañanas, tardes y noches tequileras y conyugales una tradición que nos dure por lo menos hasta que el cuerpo aguante.

Feliz 2016.
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