DEPRESIÓN POST-CARNAVAL
Foto: Alejandro Rubio Beltrán
Yo no había visto antes a un torero haciendo funciones de subalterno. Un torero (figura se supone) que se la pasó recogiendo las banderillas regadas en el ruedo mientras sus alternantes estaban en plena faena. También bregó a uno de sus toros para ponerlo en suerte para las banderillas. … Habría sido mejor creo, que se aplicara en su actuación porque nos quedó a deber. Se veía a disgusto, distraído, como si no supiera muy bien que estaba haciendo en la plaza esa tarde. No recuerdo en Autlán que un toro se le fuera vivo a una figura del toreo. Creo que por mucho las corridas de 2016 fueron mejores.
Tampoco recuerdo tantas denuncias acerca de robos en el Callejón del vicio. Siempre hay incidentes, pero como este año, al menos yo, no recuerdo tantos. ¿Y la vigilancia? No me había tocado que al ingresar a los eventos en la plaza de toros no rompieran mi boleto de ingreso (Con excepción de las corridas claro). En todos los demás que asistí, en efecto, los echaban completos a la urna. Y de acuerdo con las quejas vistas y escuchadas en las redes la reventa hizo su agosto este año. ¿Los encargados de la organización de los eventos se darían cuenta de esto?
(¿Qué, de que se ríen?) En efecto, nuestra Plaza es insuficiente, incómoda y representa un gran riesgo. Aunque no nos guste se debería planear una nueva plaza o una remodelación a fondo de la actual, para beneficio de todos.
El Callejón del vicio también creo que debería tener cambios. El primero de ellos (desde mi perspectiva claro) es la de no permitir el ingreso de menores de edad. Por reglamento se supone que debería ser así ¿o no? Y claro, el Callejón debe estar en un lugar más adecuado, amplio, con seguridad en caso de cualquier incidente, con acceso a servicios sanitarios suficientes.
Por lo demás este año mi chica y yo nos divertimos bastante y sin duda la mayoría de los asistentes que me tocó ver. Gracias y ya estamos puestos (Si El Todopoderoso así lo permite) para el 2018.