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Vivir para ver – Leonel Ramos Morán

columnistas plumaANDARES II

Hace muchos años que no tenía la oportunidad de visitar y sobretodo, de pasear por la vecina ciudad de Zapotlán el Grande o Ciudad Guzmán.

En las semanas pasadas tuve, junto con mi esposa, la ocasión de ir para atender algunos asuntos administrativos y aprovechamos para pasear un poco por el centro y disfrutar de la inmejorable compañía por supuesto. Y debo decir que la experiencia fue de lo más grata. No sólo por estar con mi chica sino porque tuve la oportunidad de admirar como sí  se puede ir modernizando un lugar sin perder la esencia de pueblo antiguo.

En realidad regresé admirado por la forma en que se ha respetado la imagen del centro histórico de Zapotlán conservando la  arquitectura original de los inmuebles. Fue como un paseo en el tiempo a los finales del siglo XIX y principio del XX.

Y sin poderlo remediar, me vino a la mente nuestro llamado Centro Histórico Autlense. Construcciones que, sin criticar a sus diseñadores por supuesto, parecen un extraño añadido a un lugar al cual no pertenecen. Recordé las descripciones del Maestro Alatorre sobre las casas Autlenses con tejados de dos aguas, paredes altas, ventanas de cuerpo entero, zaguanes de madera y otras características que nos regalan un sabor maravilloso de pueblo viejo, de historia, de identidad.

Como mencioné en la columna anterior llamada “Andares”, entiendo los nuevos diseños, las nuevas tendencias en decoración, los nuevos diseñadores de vivienda. Quizás son más prácticos y funcionales dichos diseños pero sin duda no son más bonitos ni despiertan tantas emociones como las fachadas antiguas.

Entiendo también que los dueños de las fincas pueden hacer con ellas tal como les dicte su real gana o sus necesidades pero ¿a poco no sería más bonito que se preservaran los diseños originales del centro de la ciudad? Hay ejemplos maravillosos de casas cuyos propietarios han decidido remodelarlas sin modificar su esencia colonial y son motivo de admiración de propios y extraños.

Y sin duda, es una lástima que nuestros Gobiernos Municipales, no hagan un esfuerzo mayor por motivar a los propietarios a remodelar respetando los diseños originales. Nosotros nos lo perdemos.

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